El sector privado parece dispuesto a dar el primer paso. La consultora alemana Roland Berger está en “negociaciones directas con una docena de instituciones financieras para formar el consorcio” de la European Ráting Agency (ERA). Algunas como Deustche Bank, UniCredit y Morgan Stanley ya han mostrado su interés por liderar este cambio.
Hay una serie de desajustes en la estructura actual de la industria de calificación, problemas de metodología, desajustes regulatorios y subjetividad local de las calificaciones.
Hay una serie de desajustes en la estructura actual de la industria de calificación, problemas de metodología, desajustes regulatorios y subjetividad local de las calificaciones”, explican a este diario los analistas germanos.
El principal objetivo pasa por cambiar el modelo de financiación de las agencias. El hecho de que las empresas y Administraciones calificadas por Moody’s, S&P y Fitch sean a la vez clientes genera, en su opinión, un “conflicto de intereses” en el que se pueden encontrar, incluso, las “raíces de la burbuja financiera de 2007 y 2008”.
En la actualidad, son las empresas y Estados (desde las Administraciones centrales hasta las locales) las que contratan los servicios de las calificadoras, porque, al fin y al cabo, el ráting que éstas conceden es una guía para que los inversores sopesen en riesgo.
Los impulsores de la ERA proponen a la Comisión Europea crear una “plataforma centralizada, en la que las empresas entreguen los datos relevantes” para que las “agencias autorizadas realicen su calificación”. El acceso a los datos de esta plataforma sería en igualdad de condiciones para todos los inversores.
Otro de los asuntos más discutidos de las agencias de ráting es su propiedad, de mayoría anglosajona. S&P es filial del grupo editorial Mc Graw-Hill, con accionistas como BlackRock (5,3%) y Capital Group (12,3%). En Moody´s, Capital es el gran accionista (16,4%), seguido de Berkshire Hathaway (el brazo inversor de Warren Buffett) –con el 13%,– y también BlackRock (6,3%). El resto se reparte entre fondos de todos los tipos.
Por su parte, Fitch es filial de la francesa Fimalac, compañía de servicios de inversión que preside Marc Ladreit de Lachaniere, en la lista Forbes de los más ricos del mundo. Posee el 60%. El 40% restante es de Hearst, informa Estela S. Mazo desde Nueva York.
FUENTE: expansión 27/07/2011