Cada persona dedica al menos, un tercio del tiempo que pasa despierto trabajando, ya sea desde la oficina o desde casa, pero para aquellos que practican el ‘coworking’ la ciudad es su lugar de trabajo. Se trata de sitios comunes que concentran a trabajadores independientes entre sí, pero que al mismo tiempo son compañeros y fuente de inspiración. Para poder entenderlo mejor, es algo parecido a las salas de estudio de las residencias universitarias en las que cada estudiante está centrado en distintas materias, pero al mismo tiempo se sienten parte de una misma comunidad. Ser ‘coworker’ es eso, pertenecer a un grupo de trabajadores que va por cuenta propia.
Esta forma de trabajar implica bastantes ventajas y algunos expertos comienzan a valorarlo como el mejor sistema para conciliar trabajo y necesidades personales. En primer lugar, la sensación de hacer todos los días lo mismo desaparece y al estar rodeado de personas que desarrollan proyectos diferentes supone una fuente de inspiración o llegado el caso, consejeros con perspectivas muy diferentes.
La forma de entender el trabajo, la vida personal y el tiempo libre de las generaciones que se van uniendo al mercado laboral está influyendo en la aparición de este tipo de costumbres, que reniega del cinturón de la rutina y de la estanqueidad: ellos deciden dónde y cómo desarrollar su actividad. Además, la influencia de Internet y las redes sociales sobre este perfil de empleados, hace que no entiendan la necesidad de ir todos los días a la oficina, cuando la comunicación puede realizarse de otras maneras, a parte del cara a cara. En este grupo nos encontramos a defensores del teletrabajo, que abogan por una mayor cantera de talento, productividad y buscan disminuir su gasto en alquiler de oficinas, zonas comunes, seguros, reuniones extensas, distracciones con compañeros, coches de empresa y los respectivos atascos. Por lo tanto se centra en el equilibrio entre el bienestar del trabajador, la reducción de costes y una mayor productividad de la empresa.
En España es un concepto nuevo, pero cada vez es más fácil encontrar este tipo de espacios en las grandes ciudades y además, comienzan a surgir páginas web que indican cuáles son los más cercanos a cada usuario o los que mejor se adaptan al presupuesto.
Fuente: boletin promalaga