La constructora cerró el pasado 2019 con una facturación de 19.406.258€, su crecimiento medio interanual es de un 248%.
La empresa es propietaria de “OTERO VILLAVERDE RUBEN”, si bien, a 31/12/2019, el socio único es el grupo inmobiliario Rubén otero s.l, dueña de las 30 participaciones nominativas que componen su capital social, con un valor nominativa cada una de 100€ de valor nominal, estando todas ellas totalmente desembolsadas y gozando todas de los mismos derechos políticos y económicos. No presentan cuentas anuales consolidadas por no sobrepasar los límites establecidos en el apartado 1ºdel artículo 43 del código de comercio. A 31/12/2019, no forma “otero builders s.l” unidad de decisión según lo dispuesto en la norma 13º de las normas de elaboración de cuentas anuales con otras sociedades domiciliadas en España.
La sociedad fue creada por tiempo indefinido según escritura pública el día 22/03/2017. Inscrita en el registro mercantil de Málaga 5, tomo 5606, folio 21, hoja 138865, inscripción 1 con fecha 23/03 de 2017. Su domicilio social y fiscal está radicado en la avenida príncipe Alfonso Holhenlohe1, 29660 Marbella, Málaga.
Su actividad principal es la construcción de toda clase de edificios, sus líneas de negocios son: construcción, comercialización y arquitectura principalmente.
El crecimiento que ha experimentado en estos escasos tres años de vida es más que evidente, su ebitda/ ventas se ha mantenido en unos niveles muy por encima de la media de su sector, en este 2019 lo cerró en un entorno del 6%, aunque venía el pasado ejercicio de un 12.44%, misma caída que experimenta en su rentabilidad económica, que en el 2018 era de un 22.8%, y cae en este 2019 a un 11.75%
A la hora de la suscripción de riesgos sobre la empresa, siempre surgen las mismas dudas, agravadas este año por el cov 19 y sus desastrosos resultados para la economía, resulta que sus ventas están calculadas por el método del grado de avance de las obras, lo cual siempre es susceptible de un grado de dificultad en su estimación a la hora de fijar una posición de riesgo, recomendamos valorar los hechos posteriores al cierre, la opinión del auditor y el informe de gestión.
En los mercados clasificadores empresariales encontramos una amplia disparidad de opiniones, todos ellos muy extremos, aunque las diferentes clasificaciones empresariales mantienen unas suscripciones de riesgos favorables en el entorno de la empresa.
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